Él acaba de cumplir 108, ella va para los 105, son de EE. UU. y su amor es tan firme como un roble.
La unión que sellaron Duranord y Jeanne Veillard en 1932 sigue firme, a pesar de las arrugas, de los achaques propios de la edad y de sus 5 hijos, 12 nietos y 14 bisnietos
Su historia, recogida por medios como 'The Journal News', el 'USA Today', 'The Huffington Post' y el 'Independent', comenzó cuando se conocieron en una ciudad del sur de Haití y siguió en 1968, cuando decidieron moverse a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades económicas.
Duranord, nacido en 1907 e hijo de un pescador, estudió derecho pero en Norteamérica tuvo que desempeñarse como técnico en un hospital durante 10 años, hasta que se jubiló. Este fin de semana llegó a los 108 años y los celebró junto a su familia y la prensa que llegó hasta su vivienda en el Condado de Rockland, en el estado de Nueva York (Estados Unidos).
“Lo encontré en la calle”, recuerda Jeanne Veillard sobre el momento en que conoció a Duranord.
“Él recuerda todo. Míralo, no quiere usar su bastón, es una superestrella”, agregó la mujer que en mayo próximo cumplirá 105 años.
Al preguntarles por el secreto de su longevidad coinciden en afirmar que se trata “de Dios”, si bien mantienen una rutina de ejercicio y comida saludable. Duranord se levanta a las cinco de la mañana, hace una serie de flexiones de pecho y desayuna una taza de té, avena y fruta fresca. El almuerzo y la cena incluyen pescado y verduras frescas. Siempre terminan su día durmiendo temprano, reconocen.
Duranord y Jeanne Vellard no dejan su casa salvo para asistir a citas médicas. Él está parcialmente ciego, tiene dificultades para escuchar, pero asegura que espera celebrar muchos años más junto a su amor eterno.
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